Todos contamos con una cajas de plastico en el hogar, la cual nos ha protegido más de una vez. Aunque resulte monótono discutir sobre ellas. Las cajas son aliadas silentes del desorden, desde guardar juguetes de perro hasta lo que no queremos ver por meses.
Un día de traslado, encontré una tapa de caja que no coincidía con ninguna de las cinco cajas cercanas. Como si fuera un juego de ingenio, probé cada una durante veinte minutos. Me di cuenta de que la tapa provenía de una caja olvidada en otra habitación, finalmente. Las cajas de plástico a veces nos exponen a prueba al guardar secretos.
Las cajas de almacenamiento apilables bajo la cama distinguen entre “mi hogar y un campo de guerra”, según un amigo. Son útiles para almacenar ropa de temporada, recuerdos que no deseamos deshacer o simplemente toda esa tecnología anticuada que nos resulta costosa perder. En algún momento, uno de esos cables volverá a ser provechoso. ¿A quién no le ha sucedido encontrarse con una caja repleta de cables y cargadores enigmáticos?
Los diminutos recipientes de plástico en el comedor mantienen la frescura de los alimentos. El beneficio de las tapas extraviadas sobrepasa cualquier frustración, a pesar de que su enigma no ha sido esclarecido. Los adultos las emplean como aliados en la batalla contra el desorden cotidiano; los niños las utilizan como cajas de sorpresas.
Las cajas no se asemejan todas entre sí. Algunas personas eligen las transparentes para ver el contenido sin tener que abrirlas. Las cortinas de colores ocultan el contenido de la habitación en caso de visita imprevista. Las cajas de plástico hacen más sencillo el trabajo de trasladarse y llevar cajas de gran peso. Son resistentes al agua, al polvo e impactos bruscos, lo que a menudo causa curiosidad en un niño.
Algunas personas decoran sus coches con pegatinas, incluso si están rayados o no tienen el emblema de la fábrica. Nadie desea que su contenedor de plástico se pierda en la próxima reunión familiar. La personalización también es importante en ellos.
En el garaje, las cajas se transforman en refugio para utensilios, ornamentos antiguos de Navidad y un atuendo de payaso. Algunas personas las utilizan para almacenar detergentes o sustancias químicas, ya que son más adecuadas que las de cartón para proteger objetos delicados.
El costo es distinto. A pesar de parecer costosas, las cajas duran años y resisten cambios de vivienda y usos frecuentes. Algunas personas han fabricado mobiliario improvisado con ellas. Ya cuentas con una mesa o un banco bien organizados para acomodarte.
Las cajas plásticas han estado presentes a lo largo de las generaciones. Continúan recolectando relatos y elementos desaparecidos desde el sótano hasta el ático. Abrí una vez una que había estado cerrada durante cinco años, llena de cartas no enviadas y fotos borrosas. Simplemente guardan, las cajas no hacen juicios.
Cuando todo parece descontrolado, ellas te brindan la oportunidad de comenzar de nuevo. Son el comienzo del orden. Proporcionaría tanto para discutir algo tan sencillo. Por lo menos tengo diez cajas de plástico más. ¿Has tenido algún incidente con ellas?